Salida del domingo un fracaso estrepitoso, eso si desestresado vuelves un rato, porque al no tener ni picada tampoco tienes apuros.
La salida ya no fue apurada a eso de las diez me hice a la mar con muchas ilusiones, media empanada y un par de litros de agua, para tirar el día entero, el plan de ruta fondo y curri, curri y fondo, lo mismo me da que me da lo mismo,
de cebo gamba fresca, navaja, mejillón y un poco senrada de fango,
de artificiales escávelas la joya de la corona míticas de antaño(la marrón, la caramelo, la roja, la verde y la azul estas dos últimas traslucidas)y luego las modernas transparentes con purpurinas, rápalas, cucharas ondulantes y vinilos de cabezas plomadas de distinto colores y pesos todo esto montado en dos cañas y dos líneas todas a distintas profundidades.
Primero parada al fondo tentar a los sargos aprovechando que las marea no era fuerte los tiento en las zonas de canales y piedras, nada ni picada en un par de horas usando todos los cebos cambio para otra zona y más de lo mismo, ni picada, levanto y me voy al curri con todo el armamento, dos cañas y dos líneas a distintas profundidades, vueltas y más vueltas durante horas para engañar solo un listado de una cuarta y una lubina que solo llegaba a los 23cm, ni que decir tiene que entraron por estribor y salieron por babor.
Marcho buscando de nuevo los sargos ahora ya son otras condiciones la marea está en su ultima hora de subida y entre esa y la próxima de baja igual me dan una alegría, madre que los pario,
dos picadas brutales, una de subida y la otra en la bajada y las dos sin la caña en la mano sino medida en el cañero, sin la suerte de que se clavaran solos, se quedarían en dos leyes de Murphy y eso es lo único que dio de sí el día, dos capturas que volvieron al agua y dos picadas que me hicieron temblar la retina.
Lo dicho a ver si el primer temporal del otoño nos trae más peces para la ría.
La salida ya no fue apurada a eso de las diez me hice a la mar con muchas ilusiones, media empanada y un par de litros de agua, para tirar el día entero, el plan de ruta fondo y curri, curri y fondo, lo mismo me da que me da lo mismo,
de cebo gamba fresca, navaja, mejillón y un poco senrada de fango,
de artificiales escávelas la joya de la corona míticas de antaño(la marrón, la caramelo, la roja, la verde y la azul estas dos últimas traslucidas)y luego las modernas transparentes con purpurinas, rápalas, cucharas ondulantes y vinilos de cabezas plomadas de distinto colores y pesos todo esto montado en dos cañas y dos líneas todas a distintas profundidades.
Primero parada al fondo tentar a los sargos aprovechando que las marea no era fuerte los tiento en las zonas de canales y piedras, nada ni picada en un par de horas usando todos los cebos cambio para otra zona y más de lo mismo, ni picada, levanto y me voy al curri con todo el armamento, dos cañas y dos líneas a distintas profundidades, vueltas y más vueltas durante horas para engañar solo un listado de una cuarta y una lubina que solo llegaba a los 23cm, ni que decir tiene que entraron por estribor y salieron por babor.
Marcho buscando de nuevo los sargos ahora ya son otras condiciones la marea está en su ultima hora de subida y entre esa y la próxima de baja igual me dan una alegría, madre que los pario,
dos picadas brutales, una de subida y la otra en la bajada y las dos sin la caña en la mano sino medida en el cañero, sin la suerte de que se clavaran solos, se quedarían en dos leyes de Murphy y eso es lo único que dio de sí el día, dos capturas que volvieron al agua y dos picadas que me hicieron temblar la retina.
Lo dicho a ver si el primer temporal del otoño nos trae más peces para la ría.